El CHV impulsa una nueva unidad terapéutica para pacientes con dolor crónico intenso

La Clínica del Dolor del Consorcio Hospitalario de Vic, que ofrecía consulta externa y tratamientos médicos individualizados para pacientes con dolor, se había quedado pequeña. Las visitas y los tratamientos se ofrecían dos días a la semana (uno para consultas y el otro por infiltraciones) y eran insuficientes para atender toda la demanda de pacientes que venían derivados de la Atención Primaria o de diferentes especialidades.

Ahora, el CHV hace una apuesta para poner en marcha toda una unidad terapéutica para el tratamiento del dolor crónico y agudo no controlable, que desde este mes de junio ocupa un ala de la primera planta del edificio C de la Clínica de Vic y tiene como coordinadora la Dra. Mercè Jiménez del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor del CHV. Esta nueva unidad no está indicada para todas las tipologías de dolor sino sólo para aquellos pacientes con dolor crónico intenso e insoportable, que no responden a tratamientos convencionales y específicos de sus especialistas, y la autonomía básica se ha visto totalmente invalidada . Por ejemplo, pacientes con hernias discales agudas con afectación de raíces; dolores músculo-esqueléticos severos; neuralgias diversas como las posteriores a un herpes zoster, entre otros.

Estos pacientes, antes de ser derivados a la Unidad Terapéutica del Dolor (UTD), deben haber agotado todas las terapias de rehabilitación, infiltraciones menores y tratamientos convencionales. De todas las nuevas visitas que hasta ahora llegaban a la Clínica del Dolor, sólo el 40% cumplían los criterios para la atención especializada, lo que hacía crecer las listas de espera y provocaba que las personas graves que realmente requerían el servicio habían esperar más de lo necesario.

Con este cambio de modelo se pretende dar una respuesta más ágil y coordinada a las personas con dolor invalidante, disminuir las derivaciones innecesarias y, a través de sesiones grupales, dotar al paciente de las herramientas para que él mismo aprenda a gestionar su propio dolor y cuidarlas.

Terapias y tratamientos​

Las nuevas instalaciones más amplias de la UTD permiten mantener y ampliar tratamientos que requieren sedación como la iontoforesis; la estimulación eléctrica transcutánea (TENS); infiltraciones epidurales diversas; infiltraciones de grandes articulaciones y músculos que precisan control radiológico para la técnica; bloqueos facetario y nerviosos, perfusiones endovenosas, parches de capsaicina, entre otros.

Por primera vez, la sanidad pública de Osona introducirá nuevas técnicas que, si bien no son nuevas, sí que son muy necesarias para los pacientes de la comarca con artrosis facetaria de columna vertebral o afectación crónica de raíces nerviosas -entre otros - que tenían que esperar durante mucho tiempo o ser derivados a hospitales de tercer nivel. Se trata de la rizolisis -un tratamiento con radiofrecuencia que aumenta la duración del efecto analgésico y reduce la probabilidad de que el dolor reaparezca- y otras técnicas neuromusculares con ecografía.

La Clínica del Dolor realizaba hasta ahora 800 visitas y 1.800 tratamientos cada año, una actividad que se prevé incrementar de forma considerable.